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lunedì 21 giugno 2010

Madrid, Museo Thyssen-Bornemisza: GHIRLANDAIO Y EL RENACIMIENTO EN FLORENCIA

Del 23 de junio al 10 de octubre de 2010, Comisario: Gert Jan van der Sman. Este verano, el Museo Thyssen-Bornemisza presenta en sus salas de exposiciones temporales Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia, un recorrido por el arte florentino del Quattrocento que tiene como punto de partida uno de los iconos de su colección permanente: el Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni pintado por Domenico Ghirlandaio entre 1489 y 1490.

En torno a esta obra maestra indiscutible del arte florentino, la muestra reunirá un selecto conjunto de 60
obras, tanto pinturas como esculturas, dibujos, manuscritos iluminados, medallas y objetos diversos,
para ilustrar tres ámbitos fundamentales del arte y la cultura en la Florencia de finales del siglo XV: el
género del retrato, el tema del amor y el matrimonio, y la iconografía religiosa.

La historia que se esconde tras la imagen de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni representada por el
maestro italiano resulta tan cautivadora como la propia obra de arte. Más de 500 años después, la
tabla nos sirve ahora para abrir una ventana a la civilización florentina del primer Renacimiento; un
viaje en el tiempo para conocer con más detalle cómo era la vida en la Florencia del siglo XV, las
relaciones sociales y comerciales, las creencias religiosas, la vida doméstica,...

La pintura del Museo Thyssen es el único retrato femenino del siglo XV que ha llegado hasta nuestros
días del que se conoce su ubicación original. Además, en él se representan algunos detalles, como
las joyas o el libro de horas, que hacen referencia a momentos cruciales de la vida de la joven
dama, entre ellos la historia de su boda. En 1486 Giovanna degli Albizzi, nacida en 1468 en una de
las familias más importantes de la ciudad, contrae matrimonio con Lorenzo, otro jovencísimo noble
de la localidad, de la familia Tornabuoni y emparentado con los Médici.

El enlace se celebra por todo lo alto, augurando una vida llena de fasto y de felicidad que, sin embargo, se vería
prematuramente rota tras la muerte de Giovanna, embarazada de su segundo hijo. El joven y
apenado viudo encarga entonces a uno de los grandes maestros del momento y amigo de su
familia, Domenico Ghirlandaio, un retrato que le permita recordar y honrar para siempre la
memoria de su esposa, y que reflejara no sólo su belleza exterior sino también la interior: "ARS
VTINAM MORES / ANIMVMQVE EFFINGERE / POSSES PVLCHRIOR IN TER / RIS NVLLA TABELLA FORET";
"¡Ojalá pudiera el arte reproducir el carácter y el espíritu! En toda la tierra no se encontraría un
cuadro más hermoso".

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